El invierno sigue adelante y ya cada vez quedan menos oportunidades para fotografiar a estas bellezas. Es cierto, que por la zona criará alguna que otra pareja, pero la gran mayoria de ellos retornará a sus lugares de cria en el norte de europa.
Las sesiones con ellos suelen desesperar bastante, ya que no se deciden a bajar al suelo e intentan una y otra vez coger la carne al vuelo. Cogerlos posados tambien me está resultando dificil, se hace complicado traerlos donde uno quiere y aunque conozco varios posaderos, siempre son arboles con muchas ramas que suelen tapar al individuo.
Dedicar en exclusiva el invierno a esta preciosidad de rapaz, resulta agotador y uno ya se acostumbra a volver a casa de vacío, aunque de vez en cuando, resulta que uno de ellos decide posarse en una rama no tan lejana y uno tiene el placer de contemplarlo durante unos minutos.
No habia pasado un minuto desde que cogió el posadero cuando empezó una granizada que duraría unos 25 minutos, en el breve descanso que hubo en mitad del chaparrón desapareció para no volver.
Nikon D300s -- Nikkor 500mm f4 vr -- Tc 14 II
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| f6.3 -- 1/160 -- iso 500 |
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| f7.1 -- 1/125 -- iso 400 |
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| f6.3 -- 1/125 -- iso 400 |
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| f7.1 -- 1/80 -- iso 400 |
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| f6.3 -- 1/160 -- iso 400 |
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| f7.1 -- 1/100 -- iso 400 |
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